jueves, 31 de marzo de 2011

La Guerra del Golfo parte II.

Fue entonces cuando la llamada operación “Tormenta del desierto”, integrada por quinientos mil norteamericanos y trescientos mil soldados de otras nacionalidades, dando un total de 800,000 hombres, inició un bombardeo ininterrumpido, que acabó con la resistencia de las fuerzas de Saddam Hussein.

Ejércitos internacionales de 34 naciones, encabezadas por Estados Unidos, con su fuerza tecnológica y militar, impidieron que Irak resulte victorioso, derrotando a las fuerzas de ese país el 28 de febrero de 1991, en que se produjo la rendición de Irak.

La guerra se circunscribió a Irak, Kuwait y Arabia, e incluyó combates terrestres y aéreos, sin expandirse territorialmente más allá de esos límites.

Tras la derrota, y sin que se alterara el mandato de Hussein, que siguió en el poder, reprimiendo sanguinariamente a sus opositores (kurdos y chiítas), Irak debió soportar una gran crisis económica y social, por los embargos que dispuso la ONU.

El Consejo de Seguridad de ese organismo internacional, estableció que Irak debía destruir sus armas químicas, misiles balísticos de largo alcance, y armas biológicas, medios de destrucción masiva, considerados como una amenaza a la seguridad mundial.

Saddam Hussein, no prestó la colaboración requerida por los inspectores de la ONU, lo que le acarreó serias consecuencias.
Durante 1992 y 1993, debió soportar quema de cultivos provocados por fuerzas aéreas norteamericanas y británicas, para culminar el 30 de junio de ese último año, con el bombardeo que se ordenó desde Estados Unidos, como castigo a un sospechoso plan para terminar con la vida de George Bush.

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